Estoy ebria de tu ausencia,
aquì,
deshojando la esperanza,
inundandome de aromas de distancia,
Congelando
-como en invierno-
mis ojos hacia el horizonte
en mi desgracia
del deseo de poder volver a tenerte.
Se me escapan los suspiros
en la vid de la vida
Y te buscan amado truhan.
Lloro al amor, a la ausencia,
a las caricias, a los besos,
a tu perdida.
Lloro a la lejania,
a la distancia de las carnes y las auras,
al arrebato de la sensación infinita.
La vida es como pinceladas
de sonrisas y llantos,
Y es donde ya no te encuentro
para poseerte y retenerte
en un lecho de petalos u hojarasca.
En mi amor infausto
inerte el alma queda
y se lucha contra el olvido.
- me resisto al hurto del tiempo –
Mas sin embargo,
-aun en eterna cisma-
te sueño,
- y sigo en letargo -
que en tu presencia
descansa mi esencia
y todo el querer de un amante
Cierto y eterno.